tu presencia
no me deja pensar en nada mas
que no seas tú.
Aún puedo recordar
el primer beso,
mi lengua rozando tu paladar,
nuestros cuerpos entrelazados
y nuestro sexo vibrando.
Y me pregunto
cómo me he podido
encandilar de ti.
Claro que
sigo recordando
y me viene a la mente
la primera vez que te vi.
No nos conocíamos
pero me hiciste perder
el rumbo de la noche,
la orquesta sonaba
y mis pasos
al son de la música
se dirigían hacia ti.
Mi mirada
no dejaba de encontrarte
y desde entonces
mi mente no puede olvidarte.
A ti, chica de negro,
ya que no me dejas pensar en nada más,
déjame volverte a besar.
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