HOY ES UN BUEN DÍA

Hoy es un buen día
para gritarle al mundo
que te quiero.
Y es que hay noches
en las que sueño
pero no duermo;
pensando en tu pelo,
en tu cuello,
en cómo podría
comerte el cuerpo
milímetro a milímetro
y acabar
expresando con besos
el sueño utópico que tengo.

Tenerte y que quieras tenerme,
para así poder contenernos.

SIN SENTIDOS

Miro, pero no veo.
Escucho, pero no oigo.
Percibo olores, pero no huelo.
De mi boca salen palabras,
pero no habla.
Y en mis manos,
no hay tacto.

ASCENSOR, AL FONDO

Vivo en un cuarto
con ascensor.

Hay días
en los que
no paro
de pulsar
el botón
del bajo
pensando que
aun no estoy abajo
que aun puedo bajar más
pero entonces,
me doy cuenta
de que
ya he tocado fondo.

SIN PRESCRIPCIÓN MÉDICA

Llevo años muerto en vida
y vivo muertes cada día.
Bebo vino
todos y cada uno de los días,
recomendación del médico de familia.

Me pego de bruces
una y otra vez
siempre contra la misma pared,
y ahora sí,
bebo por beber.

El médico me pregunta
que si no he muerto
y yo le digo que no,
que me deje en paz,
que me voy a dormir,
que mañana tengo análisis.

Y sí, analizo
y llego a la conclusión
de que
bebo vino
todos y cada uno de los días,
para recordar que muero por
los besos que no me diste
y espero que algún día me des.

¿POR QUÉ?

¿Por qué me haces esto?
¿Por qué me revives ahora que ya estaba muerto?
¿Por qué me haces volver a sentir
cuando ya no sentía nada?
¿Por qué me vuelves a dejar morir?
¿Por qué?
¿Por qué me haces esto?

DOCE LITROS

Doce litros de agua no sacian mi sed,
como doce meses no son suficientes para un año,
y veinticuatro pocas las horas de un día.
Como bien decía Juan Luis Guerra:
"veinticinco horas al día, ocho días a la semana
si te da la gana".

Porque esta vida está para vivirla,
porque hay que disfrutar cada momento
porque cada momento, por efímero que sea,
tiene que ser disfrutado;
cada mirada, cada calada,
cada polvo, cada palabra.

Doce litros no calman mi sed,
eso solo lo harían tus labios,
tu saliva, tus lágrimas,
tu orgasmo, mi orgasmo,
el nuestro.

CULTURA Y HUMANIDAD

Rubias, tostadas y negras,
de trigo, cebada e incluso
afrutadas.

Miles de cervezas
y no hay lucha entre ellas,
solo luchan
las empresas que las gobiernan.

Pruebo una,
pruebo otra
y me encanta
su color
y me enamora
su sabor.

Y no quiero
tener que elegir
porque no soy
Dios.

Voy a seguir probando
y reprobando
todos y cada uno
de los aromas
que emanan de ellas,
pacíficas y amenizadoras
de noches,
de días,
de VIDA.

CUANDO ESCRIBO

Escribo aquí,
escribo allá,
escribo en tantas partes que
ya no sé
ni dónde escribo
ni qué es lo que escribo
y mucho menos
por qué escribo.